¿Por qué te lesionas de repente?

Situaciones en las que se alteran patrones de movimiento

Si te das un golpe, si te sientas mal, si no te mueves o te mueves poco, o si de repente te crees que eres Hulk y te pasas realizando un esfuerzo puedes provocar un patrón incorrecto de movimiento. Tranquilo, no es el fin del mundo. En muchas ocasiones el cuerpo soluciona por sí mismo este percance. Pero  en otras ocasiones vas a tener más papeletas para comprar una lesión:

  • Golpe en la rodilla– Dolor – Compenso con la otra pierna para no apoyar mucho con la dolorida.
  • Me siento como en la imagen de abajo – “Redondeo” la lumbar – debilito los extensores lumbares – sobrecarga en la musculatura superior o inferior para realizar movimientos como levantar un peso.
  • No me muevo mucho en mi vida diaria – Rigidez muscular, articular y fascial – Cualquier mínimo esfuerzo superará mi umbral y me lesionará.
  • Me creo Hulk – como no lo soy y mis capacidades son muuuuuy inferiores acabo sobrecargando músculos por encima de su límite aceptable, se estiran demasiado tejidos como fascias, ligamentos y tendones que sufren una distensión o comprimo excesivamente discos articulares o meniscos que se dañan.

Compensaciones

Todo esto puede acabar con daño en el tejido y posiblemente dolor. Es entonces cuando se va a mover según le convenga para evitar ese dolor o para reducir el gasto de energía.

 

Afortunadamente  tenemos las herramientas necesarias para reestablecer movimientos que detectamos que son insuficientes o excesivos. Solemos pecar de movernos poco y eso suele provocar el sobreuso de zonas cercanas.

 

Un movimiento incorrecto repetido durante meses o años puede producir descompensaciones que al principio pasarán inadvertidas pero más adelante pueden provocar problemas.

Malditos discos

Atendiendo a la imagen, si las vértebras lumbares se flexionan demasiado abrirán el espacio posterior hacia donde tiende a emigrar el núcleo del disco. Esto puede desencadenar en una protusión del disco intervertebral o en una hernia.

 

Si tenemos una zona hipermóvil, como en este caso la región lumbar, lo más normal es que compensemos con rigidez en otra, como puede ser  la región dorsal o las caderas.

 

Estas zonas perderán movilidad y para recuperar la zona debemos  adaptar la fascia y reentrenar la musculatura extensora dorsal o de caderas para conseguir un mayor movimiento.

imagen para la web de Rodrigo Guadian sobre osteopatia, masaje pilates , yoga y entrenamiento funcional. cultura del movimiento en alcalá de henares

Cuanto más rígida es una zona, más hipermóvil se vuelve la que está al lado.

Para reducir estos bloqueos es de gran utilidad la terapia manual. Y para que esta musculatura sepa activarse también cuando está alargada (trabajo excéntrico o extensibilidad) necesitaremos un trabajo específico de reentrenamiento motor. Cierto es, que una vez tengamos trabajada esta parte, será muy beneficioso entrenar con variaciones en los movimientos para proponer diferentes escenarios.

 

Disminuir el tiempo de mala posición en la silla siempre ayudará pero lo más importante es realizar después movimientos en contra de la resistencia de los tejidos rígidos y activando la musculatura que está más débil.

En la rigidez, además de la musculatura, influyen otros factores como fascias, cápsulas articulares, ligamentos o inervación.

Es muy común que primero se origine la rigidez(debido en gran parte al sedentarismo) y como consecuencia se origine una zona con excesivo movimiento. Si no tengo un movimiento completo en una parte del cuerpo, lo sacaré de otra. Como dice Sahrmann: “El cuerpo sigue el camino de la mínima resistencia”.

Los hombros elevados

Las personas que vemos que tienen poco cuello tienen muy débiles los músculos que descienden las escápulas (fibras inferiores de trapecio). La musculatura que los suben (angular del omóplato y fibras superiores de trapecio) es demasiado corta y mantiene una elongación constante de las fibras inferiores. Cada vez que esta persona eleve los brazos o coja pesos por encima de su cabeza va a subir los hombros excesivamente ya que su cuerpo “sigue el camino fácil”.

 

Si no se equilibra el balance tensión/extensibilidad de esta musculatura escapular, posiblemente aparezca dolor cervical, cefaleas o descompensaciones secundarias en miembro superior. En general, si no hacemos esto entre la musculatura que realiza un movimiento y la que lo frena (agonista y antagonista) aumentaremos la aparición de patologías musculoesqueléticas, vasculares o neurológicas.

 

Si tienes algún amigo hipomóvil o hipermóvil, comparte este artículo 😉

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